jueves, 10 de abril de 2014

DESDE LA FURIA

 Este articulo me ha inspirado, eso deseo para mi, para ti, para nosotras y las otras, para las que se comportan patriarcalmente conmigo, con mi lactancia, las que han sido violentas en mi embarazos, partos y puerperios, lo deseo para todas las mujeres.

Yo he tenido casi todo lo que narra, lo he tenido por fiera, por loba, por mamífera, porque en mi primer embarazo me cortaron, me doparon, me insultaron, sacaron a mi cría sin que ella estuviera lista y nos separaron horas, le casi dieron un biberon de agua glucosada y milagrosamente pude darle de mi leche tibia a montones y chorros blancos tres años y medio.

Años después, después de ires y regresos a mi y mi alma, llego otra pequeña a mi vientre y entonces saque las garras, desde la furia del anterior maltrato y violencia obstétrica y decidí desde el alma y la fuerza de mis huesos y de todas las ancestral, que yo era la que más sabia de mi cuerpo, de nuestro parto, de mi beba, de mi.

Y entonces desde la furia me informe y dejé a un lado la información en su momento, para fluir sin pensar y no pensar en el fuir,; busque y busque hasta que encontré una ginecolga respetuosa y confiada en mi sabiduría mamífera, parí por mi vagina después de una cesárea innecesaria, parí fluyendo, bailando, comiendo, besando a mi amado, cantando, aullando. Con el hacedor de belleza y la bailarina bienviniendo a la nueva mujer de nuestra familia.

Comí la deliciosa placenta, la encapsulamos con una pequeña tribu de mujeres bellas, que tocaron, honraron la casa- hermana placenta de mi hija, celebramos la vida, la sangre, el cuerpo, las células.

Cuando las enfermeras hicieron cara de asco, yo ya estaba inmune, cuando mi doula y la gine se sorprendieron (yo era su primera mamá come placenta) yo ya estaba inmune, tenia la furia conmigo, y no me refiero a una furia que desprecia, destruye, agrede, tenia esta furia instintiva de saber que yo y mas que cualquiera con cualquier título era quien más sabia de mi misma, de mis necesidades y de las necesidades de mi bebe que me habitaba.

Desde esta furia sabia, desde la reconciliación con mi enojo y con mi NO, desde la voz de mis hijas y la sabiduría que han dejado en mis células, desde la sabiduría de millones de años en mi  adn mitocondrial, pude darme días y días de cama y amor, de retozo mamífero, de no visitas e interrupciones.

Le pedí a mi madre que respetara mi cueva, cueva privada de los 4, la familia nuclear y gracias le doy por escucharme y darnos ese espacio ritual de gozar de cada movimiento acuático de nuestra bebe.

Desde la furia sabia me protegí de cualquier comentario sobre la lactancia y la leche fluyó, fluye, y doy teta donde sea, y las miradas y los comentarios no me tocan, estamos en este amor de dos, este tiempo sagrado de leche tibia y abundante, donde pocos tenemos voz y voto, donde no importa que digan pediatras, enfermerxs, abuelas, abuelos, amigas, tías, este tiempo sagrado es de nosotras y tengo esta furia sabia que recuperé escarbando en las raíces silvestres, salvajes, para tener, hacer, vivir gozar mi maternidad y mi vida.





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